viernes, 1 de mayo de 2015

Cómo preparar Abono Orgánico


Una manera de mantener la fertilidad de la tierra es incorporándoles abono. Y nada mejor que un abono orgánico, desprovisto totalmente de químicos.

Para preparar abono orgánico solo necesitamos un pedacito de tierra, paciencia y constancia.

Los restos de alimentos que nos sirven para preparar este abono son las cáscaras de huevos y de frutas, verduras, la yerba y el café usado, hojas, estiércol y algunos restos de poda.

También deberemos buscar algunos trozos de telas de algodón viejas o pedazos de chapa, para poder cubrir el pozo que vamos a realizar.
Jamás debemos incorporar a nuestro abono orgánico restos de vidrios, huesos, carnes, plásticos o latas.

Lo primero que debemos hacer, luego de contar con los elementos básicos, es cavar un pozo de unos 50 cm de profundidad por unos 50 cm de diámetro.
Si queremos hacer solo un poco, podemos utilizar un tacho de 200 litros o similar, en el cual incorporaremos los “ingredientes” de la misma forma y procederemos igual en su cuidado.
En el fondo debemos ubicar los restos de poda, encima los residuos orgánicos y para finalizar, tapamos con un poco de tierra. Todos los días se agrega un poco más de la tierra que sacamos cuando hicimos el pozo.

Se debe mantener tapado el pozo o recipiente con las telas o chapas, e incorporar algunas lombrices para que ayuden a airear la tierra.
Si hace mucho calor, es conveniente regar el abono, ya que la humedad es indispensable para que el material se descomponga y pueda formarse.

El abono estará listo en unos 2 o 3 meses, si comenzamos a prepararlo en el verano. Si lo elaboramos en el invierno, tardará alrededor de 5 meses.

Para mayor seguridad, podemos ir revisando el abono y cuando notemos que toda la materia orgánica que hemos colocado se ha descompuesto completamente, el abono estará listo para incorporar a nuestras plantas. Ellas lo agradecerán.

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