domingo, 7 de junio de 2015

Planta de acetominofen


Plectranthus ornatus Codd, es una planta conocida comúnmente como “boldo paraguayo”, “falso boldo” o “boldo rastrero”, ampliamente difundida como medicinal en Paraguay y Brasil, habiéndose comprobado sus propiedades antiulcerosas, digestivas y hepatoprotectoras.
La planta de boldo se ha convertido en una de las predilectas dentro del mundo de la fitoterapia. Es que sus propiedades medicinales son realmente abundantes. Entre ellas se cuentan la de ser colagogo y colerético, tener propiedades sedantes y hasta flavonoides, muy buenos como antioxidantes.

Boldo El boldo se ha convertido en una de las plantas más empleadas dentro del espectro de la fitoterapia por poseer múltiples propiedades beneficiosas para el organismo. Tal es así, que es una hierba muy útil, particularmente para el sistema digestivo y también tiene diversas cualidades, que la han convertido en una herramienta de cabecera en la medicina natural. Enfermedades del hígado (hepatitis, cólicos, estreñimiento), fiebre, trastornos estomacales, indigestión, distensión abdominal, estreñimiento, apatía, insomnio, cálculos biliares, resacas, reumatismo, amebas, problemas del corazón
Lo dicho: acaso la cualidad más importante del boldo sea la de ser reparadora del hígado y la vesícula, además de ser colerético, colgago y -en líneas generales- un gran digestivo, que además puede combinarse sin problemas junto a cualquier otra hierba de similares características. También tiene flavonoides (antioxidantes), es ligeramente sedante e hipnótica, sirve para aliviar algunas molestias y también contiene aceites esenciales.

Su consumo más habitual suele ser el de infusión. Esta se obtiene hirviendo un gramo de hojas secas por cada taza de agua durante 15 minutos, dejando reposar y colando. Puedes consumir este preparado de té de boldo, hasta tres veces al día.

Asimismo, el boldo tiene algunos efectos secundarios y contraindicaciones. Lo ideal es que no sea consumido por personas que sufren de irritaciones renales, así como tampoco por mujeres embarazadas ni pacientes de enfermedades hepáticas graves. También es recomendable interrumpir su uso después de períodos largos (no más de tres semanas suele ser lo idóneo).

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